Y llegó el domingo, último día de FIB, el que no queríamos que llegase pero a la vez queríamos ver a todos los músicos de ese día. Algunos imprevistos con las tormentas que habían caído de madrugada afectaron al escenario principal y la actuación de Shame se tuvo que retrasar hasta la madrugada. La organización avisó de todo y la app estuvo actualizada al minuto. Un gusto.
Todo empezó en el escenario VISA con Zoé. Hermanados con Dorian, estos rockeros mexicanos ganadores de un Grammy hará unos años, pusieron ritmo a la tarde que se antojaba halagüeña.
A las 20:00 sonaba Hudson Taylor en el escenario principal. Sólo duró media hora pero fue suficiente para que pudiéramos disfrutar de este dúo irlandés y su folk tan cercano. Les encanta interactuar con su público y ellos se lo agradecen recíprocamente.
Algo nos llamó la atención desde dentro de la carpa y es que habían unos Deadpool tocando encima del escenario. Nos aproximamos y vimos que Kitai hacía de las suyas sobre el stage. El guitarreo eléctrico y la peculiar voz de su cantante nos hace quedarnos para disfrutar del concierto. En uno de sus temas y recreando el mismo videoclip unos muñecos danzarines bailaban entre el público como si de alucinaciones vivientes se trataran. Kitai son fuego y así nos lo hicieron llegar.
El escenario de Las Palmas nos reclamaba ahora. Madness se preparaba para tocar en el escenario principal. Qué regresión a la «niñez» (refrescada por alguna publicidad) con canciones como It must be love y Our house. Es alucinante la energía que transmite este grupo, yendo del pop al ska en segundos y haciendo saltar al público que disfrutaba de cada tema. La vitalidad del cantante y el alocado sentido del humor que desprende haciendo guiños a la gente que reía y gritaba a partes iguales. Madness fue capaz de unir bailando a tres generaciones de fibers.
En el escenario VISA sonaba un tiempo después Wolf Alice. Una banda inglesa de post punk con tintes de grunge que junto al virtuosismo vocal de la cantante redondeaba una actuación potente.
Antes de tocar las 23:00 se agolpaba la gente en el escenario Las Palmas para ver a Bastille. Su directo más bailable si cabe ha hecho vibrar a sus compatriotas cantando temas muy conocidos, entre ellos una versión cañera de «Rythm of the night» o su popular «Pompeii» para poner punto y final a su actuación.
Parquet Courts tocaban en el escenario VISA. Con su divertido sonido ecléctico pasando por la psicodelia demostraron su talento ante un público que lo disfrutó mucho. La actuación acabó en una apoteosis musical sin que hiciera falta ni cantar.
Sin tregua Nathy Peluso, una de las reinas sin duda de la noche cantaba en el Dance Stage de Radio 3. Esta argentina dispuesta a esquivar a toda costa las etiquetas sobre su música es fan de todo lo que huele a fusión. Así es que recorre estilos musicales a placer. Siempre acompañados de movimiento lo que hace que sus fans estén totalmente locos por ella. Incluso se atrevió a versionar «Tuyo» la canción introductoria de la serie de Netflix «Narcos».
Solapando teníamos a Liam Gallagher, que nos hizo esperar un rato hasta que todo estuvo a su gusto e hizo una entrada triunfal digno de un artista del rock con un cámara que le iba siguiendo desde el backstage. Repitiendo por segundo año consecutivo, con una actitud desafiante a la que nos tiene acostumbrados y típicos desafines, mezcló temas propios con canciones de Oasis que el público coreó a pleno pulmón. Aunque Melvin Benn aseguró en la rueda de prensa de balance que Gallagher no volverá en la siguiente edición, esperamos que una vuelta de Oasis se lo haga replantear.
Justo al lado en el escenario VISA Dorian nos transportaba a paraísos artificiales con su música embriagadora. Todos los presentes acompañaron al grupo en cada una de las canciones y la fiesta del confeti y su directazo brutal hizo que la noche se volviera mágica. Presentaron canciones de su nuevo trabajo junto con las más conocidas que la gente no dudó en corear y gritar. Sin duda una de las mejores actuaciones de la noche, Marc y los suyos aprovecharon esa horita para dar lo mejor de ellos mismos y reventaron el escenario.
La actuación postpuesta de la tarde Shame, empezaba a las 02:30 de la noche y no defraudó. Concierto lleno de energía que une un poco de brit pop con el punk.
Como súper broche final los descomunales Justice brillaban sobre el escenario principal. Un espectáculo audiovisual magnífico que hizo que la gente olvidara que llevaba cuatro días de fiesta a las espaldas. Temazo tras temazo hicieron que el público no dejara de bailar y ponía el broche casi final a un festival épico.
Con la tanda de djs cerrando el domingo del FIB en las pantallas nos invitaban a volver el año que viene siendo el 25 aniversario.
Conclusiones
Cuatro días de la mejor música para recordar, con artistas grandes pero sobre todo con una línea media increíble y grupos que seguro darán que hablar. La gente se quedó satisfecha y con ganísimas de que llegue el 25 aniversario que promete.
El FIB festival de referencia, con afluencia de 40.000 asistentes casi cada día es la gran respuesta del público a grandes carteles y mejor organización. Destacando la ausencia de colas y aglomeraciones. Las fuentes dentro del recinto. Numerosos baños y barras para evitar colas. Personal muy amable aunque ya fuera bien entrada la madrugada. Y sobre todo uno de los festivales que mejor trata a la gente de prensa y al que agradecemos enormemente esta labor, siendo que nos toca de cerca.